La succión es un reflejo natural de los bebés y los niños.
La succión que persiste más allá de la erupción dental permanente puede crear problemas de formación de la estructura de la boca y la disposición de los dientes. Los niños tendrían que dejar de succionar cuando los dientes delanteros estén a punto de salir. Acostumbran a dejar de hacerlo entre los 2 y 4 años.
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